De Hugos y Lolas
Como un niño pequeño, un día de playa de los que hace tiempo que no tenía, disfruté y jugué como uno más, ninguno de mis compañeros de obra llega al metro de altura, aún así entre los 4 construímos un muro para que el agua no nos estropeara nuestra pequeña piscina. Hugo, Oscar y Hugo, son los nombres de mis compañeros de aventuras, y Lola el nombre de las dos "adultas" que nos cuidaban a unos metros de nosotros. Fue un trabajo en equipo.
Después de ver como se rebozaban en la arena, como se tiraban cubos de agua, y como jugaban a la pelota me sentí un padrazo, sin serlo (o eso creo) una experiencia que me gustaría volver a vivir, si no con todos a la vez otra vez, por lo menos por separado. Disfruté, me reí, incluso me cansé, y por supuesto, aunque con protección también me quemé, pero mereció la pena.
Espero que ellos tres se lo pasaran tan bien como lo hice yo, me encantó la experiencia, la única pena, que ninguno era mio, y no por las madres, que desde aquí les mando un beso a las dos, ni por la otra Lola, que también se lleva su beso, a las tres las quiero mucho, pero esos enanos son geniales, tanto juntos como por separado. Hugo (el de Lola) ya no me podrá decir que por que no voy a la playa con él, y los otros dos, Hugo y Oscar, espero que tengan ganas de volver a venirse conmigo a la playa y si las madres y Lola se quieren venir, también las dejaremos, supongo que mis amigos no pondrán muchas pegas tampoco.
Gracias a las Lolas por cuidarnos a los 4 en un día de playa divertidísimo. Pronto intentaré volver a repetirlo.
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