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De Principes despeinados, con vaqueros y gafas de sol

Historias de Príncipes en Tensión, Mentiras Piadosas y Leyes de Murphy (Parte 1)

La vida de verano es bastante aburrida en la capital, Richard lo estaba sufriendo en su piel, mucha calor y pocas cosas que hacer, recluido en su palacete, con pocos papeles que rellenar y con la obra de la catedral parada y Philip en su pueblo, disfrutando de la vida de recién casado con la bella Ángeles, no le queda más remedio que buscar entretenimiento, así que aprovechó los escasos quehaceres de la capital para ir algunos días ha la zona costera del condado de Fumaces. Allí pasaba algunas mañanas y tardes entretenido y debido a su cargo trabajando. Hasta que una mañana se le acercó un mensajero para darle una carta en la que solo había una frase "Rescátame, aunque solo sea por una noche" reconoció la letra sin necesidad de leerlo, Aliena había contactado con él, después de mucho tiempo, y Richard se preguntaba que hacer.

Pasó un par de días nervioso y pensativo, ¿que hacer? se prometió a si mismo no volver a verla a no ser que se cruzaran por el pueblo, quería dejar de sufrir por algo que según ella no tenía remedio, pero ese mensaje le hizo replantearse muchas cosas. Él sabía donde se encontraba, él lo sabía todo de casi todos los habitantes del condado, así que le respondió al mensaje, le dijo que iría a rescatarla para pasar la noche juntos, la rescataría de Villa Umbría al caer la noche para pasar la noche en Fumaces, dicho mensaje lo dió por aceptado al no recibir respuesta negativa.

El día anunciado llegó y se levantó más temprano de lo habitual, preparó con escrupulo y minuciosidad el petate que se llevaría, la noche antes mandó dejar el corcel blanco impecable, quería que todo saliera como lo había planeado, nada podía fallar, el plan era sencillo, llegar a Villa Umbría sin ser visto, entrar en la Gran Casa de la familia de Aliena y sacarla de allí, salir a toda velocidad del pueblo en dirección a Fumaces y volver con la primera luz del día, un plan sencillo y fácil de ejecutar, el era Príncipe y no era la primera vez que rescataba a una Dama.

El día pasó lento, el sol apenas se movía y el trabajo fue intenso y duro, pero nada podía cansarlo ese día, en el momento en el que el astro rey comenzó a esconderse el aligeró el ritmo de trabajo, tenía que llegar a tiempo, sabía que no había mucho margen para entrar y salir de Villa Umbría, con un poco de retraso llegó a Villa Umbría y para sorpresa de Richard Aliena estaba esperando fuera de La Casa. Se sorprendió y se alegró a partes iguales.

- ¿Así de fácil es rescatarte?

- Tenemos que hacer tiempo, todavía están los guardias alerta. Vayamos a la playa a pasear.

Montó en el blanco corcel y pasearon por la playa durante un buen rato, hablaron de cosas mundanas, ninguno quería hablar de lo que los dos necesitaban y sacaban temas banales y sin interés, y llegado el momento pusieron rumbo hacia la Casa de Aliena, al llegar bajaron del caballo como si fueran a asaltar el alojamiento de verano de la familia de Aliena, Richard ató al caballo en la misma puerta, y con sigilo se acercaron a la reja que daba acceso al jardín de la entrada.

- Espérame un momento, voy a asegurarme de que están todos dormidos.

- Aquí te espero.

Dió un par de vueltas nerviosa por los jardines, afianzándose que todos descansaban, se acercó a la zona donde esperaba Richard, y le hizo un gesto para que se acercara. Extrañado y confuso Richard se aproximó a ella y sin dejarle tiempo a preguntar ella comenzó a andar con sigilo y seguridad delante de él guiándolo por los jardines hasta la puerta trasera.

- ¿Para que me haces venir hasta aquí? Coje las llaves y vámonos

- Entra que tengo que hacer una cosa antes

- ¿Estas loca? ¿quieres que nos descubran?

- Todos duermen, ¿eres un príncipe con miedo?

- Soy un Príncipe que intenta tener los menos problemas posibles.

- Tal vez ese sea tu mayor problema

Y sin opción a darle respuesta a ese reproche entró en La Casa y tras ella un dubitativo Príncipe, que pensaba que algo estaba saliéndose de su control.

 

Continuará

 

Todo es ficción y cualquier parecido con la realidad, como es costumbre es pura coincidencia, aunque ya no sé que es real y que ficción, así que ya no se si esto tiene algo de ficción o algo de realidad, supongo que será que me meto demasiado en la piel de mis personajes o tal vez sean ellos los que se parecen cada día más a mí y a los que me rodean.


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