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De Principes despeinados, con vaqueros y gafas de sol

Conversaciones de Cafetería

- ¿Que desea tomar señorita?

- Un Capuccino bien caliente, cargado de nata con un suspiro de canela recién molida y cacao. ¡Y un sobre de azucar!

- ¿Algo más?

- Sí, y la compañía de alguien como tu, desconocido y aparentemente interesante, que me cuente una historia mientras me lo tomo.

El camarero le dedicó una sonrisa traviesa, le hizo un gesto de afirmación con la cabeza y se alejó de la mesa donde esa extraña chica se había sentado. Al poco tiempo volvió el trabajador, con un café que superaba lo que la mujer se había imaginado mientras recitaba su petición. Se lo dejó en la mesa, la miró y retiró una silla, pero para sorpresa de esta no se sentó. Puso un pié en la silla y a modo de escalera se subió a la mesa, y empezó a decir en voz alta:

- ¡¡Señores les pido mil disculpas pero necesito 15 minutos para seguir complaciendo las peticiones de los clientes importantes !!

- ¿importantes? - Preguntó la chica con asombro.

- Ha sonado convincente ¿verdad?, es simplemente palabrería para que me den un respiro.

Durante 15 minutos estuvieron hablando, bueno, en realidad, él estuvo contándole una historia y ella disfrutando del café y de su compañía casi tanto como de la historia que ese chico, atrevido, confiado y divertido, le estaba contando. Una historia, que se contará en otro momento, pero que tanto al trovador como a la oyente les gustó y embelesó durante ese tiempo, en el que cada uno a su manera, disfrutaba de la compañía del otro.

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