De Príncipes...
Creo que hace un par de años fue cuando ocurrió, no se muy bien como, ni por que, bueno, el porque si lo sé, fue falta de estímulo. El caso es que desde entonces han pasado muchas cosas, y algunas todavía me sorprenden. No se muy bien como explicarlo, pero en estas líneas que siguen, intentaré explicarlo. Pero ya lo aviso, creo que no está todo lo que sucedió, pero todo lo que cuento pasó, no puedo decir más. Si queréis saber todo lo que tengo que contar, seguid leyendo.
Recuerdo que era una mañana fría, no se si era invierno, pero casi, sería noviembre o diciembre, y como cada mañana no tenía muchas ganas de entrar en clase. No tenía suficientes ganas ni me había organizado siquiera para poder sacar todo. Sentía que estaba perdiendo mi tiempo allí, pero no sabía como explicárselo al resto del mundo. La cosa es que llegar allí y dirigirme hacia el comedor universitario estaba siendo una rutina, y no solo estaba siendo para mí. Una de esas mañanas, no sé si fue él o fui yo, la cosa es que terminamos desayunando juntos, y desde entonces....
La cosa es que a veces íbamos a clase, no nos sentábamos nunca juntos, el tenía su grupo y yo... bueno yo siempre he ido más bien a mi rollo. Pero fuera era diferente, el ritual siempre era el mismo, "a las 9 en el aparcamiento", desayunábamos y íbamos a alguna clase, al laboratorio a escuchar las paridas del profesor, o hablábamos durante horas de cosas a veces sin sentido. Al cabo de un tiempo, nos planteamos no perder el año académico, dejarlo y buscar una alternativa, creo que ese fue el momento en el que empezamos a confiar el uno en el otro.
Así fue como llegamos a SAFA, que no era la única opción, teníamos la alternativa del IES Fuentepiña (El Campillo, que ya no es tal) y después de mirar los pros y los contras de uno y de otro, nos inclinamos hacia SAFA, ahora creo que hay momentos en los que no arrepentimos, sobre todo cuando pasamos cerca del "Fuentepiña" y vemos el ambiente, seguramente allí se trata a los alumnos según su edad, a diferencia que en el SAFA, donde todos, somos tratados como menores. El caso es que desde ese momento en el que nos sentamos juntos a desayunar, hasta hoy, hemos corrido en las capeas, hemos ido a la playa, incluso hemos pasado alguna noche por ahí bebiendo, también hemos tenido alguna excursión, incluso nos hemos arriesgado ha hacer alguna que otra exposición juntos, algo que no creo que volvamos a repetir hasta dentro de unos años.
Pero en definitiva han sido dos años divertidos, en los que tanto él como el de siempre, han estado ahí, sin necesidad de llamarlos, solo hacía falta una chispa, y aparecía uno de los dos, gracias a él he tenido experiencias nuevas, y que nadie malinterprete mis palabras, nada de relaciones mas allá de la amistad, pero si que ha motivado entre otras cosas, a que recupere un blog que estaba un poco olvidado, a que salgan las historias de príncipes, y es que Philip y Richard no hubieran existido nunca si mi amigo no hubiera desayunado conmigo ese día, que no recuerdo, ni falta que hace. Espero que esto dure hasta que nos falle la memoria.
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dos en uno -