El último cigarro
Siempre hay tiempo para ese cigarrillo, pero nunca es el momento adecuado, no me apetece que llegue ese maldito cigarro, esa última calada es la que más daño me hace. No me sienta bien ese pitillo, ya sea en el coche, en un banco, en tu casa o en la mía. Es el que más daño me hace. No es el cigarro de después, y aunque lo sea no me satisface, no quiero ese cigarro, nunca lo he querido y aun así siempre es el último. Pero no me gusta, me hace daño, igual que tu rechazo, igual que tus malos pensamientos hacia mi, igual que ese malestar cuando te separas de mi.
Tengo pensado dejar de fumar, pero necesito tu ayuda, tengo pensado incluso dejarme coleta, pero para eso también necesito tu ayuda. El último cigarro dejará de sentarme mal cuando realmente sea el último, cuando detrás de ese ya no haya más despedidas, cuando al despertar estés a mi lado, cuando por fin compartamos algo más que simples ratos. Ese último cigarro será maravilloso, y no dudaré en mandar el tabaco a la mierda, o más lejos si hace falta, si con eso consigo que te quedes a mi lado. No tengo intención de ser un polvo, ni que jodas a un amigo, no tengo intención de añadirte a la lista (maldita lista), no quiero que seas una más, quiero que seas la de verdad, la definitiva, quiero estar disfrutando contigo y por supuesto de ti, y que eso sea recíproco.
Cuando realmente llegue ese último cigarro, lo disfrutaré, pero más disfrutaré del después, por que como dice un tal Alejandro Sanz, después de ti no hay nada.
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