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De Principes despeinados, con vaqueros y gafas de sol

Trece horas

Reconozco que soy esclavo del reloj, el tiempo no es algo que me sobre, aunque se que para todos, los días duran lo mismo, aún así yo no tengo muchas horas para disfrutar de nada ni de nadie. Intento racionalizar mi tiempo como puedo, aprovechando al máximo cada segundo. No puedo permitirme el lujo de perder 15 o 20 minutos esperando o estar sin hacer nada. Tal vez sea por eso que a veces discuto con mi otro yo y no siempre salgo bien parado.

Últimamente he conseguido rasgar alguna que otra hora de más, pero si es cierto que los últimos años esas horas han sido escasas, por no decir prácticamente nulas. Aún así casi siempre han sido 13 horas. Esas son las horas que tardé en llegar a Valencia la primera vez que fui, trece son también las que tardo en ir y venir de Madrid para ver a mi hermana, más o menos las mismas que tardé en ir hasta Peñaranda de Bracamonte para ver casarse a una prima, y ver a otra prima, y recoger a otra prima, y estar con mi hermana allí durante más o menos otras 13 horas. Trece horas de viaje mínimo las que pierdo en mis vacaciones.

Lo que si es cierto es que las últimas trece horas en las que pude disfrutar de mi tiempo libre no estabas tu, y las disfruté más que si hubieras estado. Trece horas de alcohol, que dicen que no es necesario beber para divertirse, y lo reconozco, pero beber ayuda, eso no lo puede negar nadie. No voy a negar tampoco que me gustaría poder pasar trece horas contigo, y si fuera posible, que de esas trece horas alguna las pasara durmiendo, para poder saber que se siente al despertar a tu lado. He de decir también que, aunque solo fueron 5 horas, no quiero que se repita, pero muy a mi pesar se repetirán y eso si que va a ser un calvario, además de ser algo que no voy a poder evitar. De todos modos, para mi el 13 no es un número gafe, más bien es el número que me da libertad, descanso y sosiego, algo de equilibrio e incluso paz, aunque en esas trece horas de las que a veces disfruto tu no estés a mi lado, aunque yo me esfuerce en tener para ti unas horas todos los días y tu no sepas reconocer el esfuerzo. A tu pesar, y tal vez al mío, las próximas 13 horas que tenga para mi disfrute no quiero que estés a mi lado. No tengo edad para perder el tiempo, que formes parte de las siguientes horas, depende de ti.

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