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De Principes despeinados, con vaqueros y gafas de sol

Viernes, Sabado y Domingo

Sinceramente no recuerdo muy bien lo que hice el viernes, aunque supongo que no habría nada importante, como de costumbre no fui a clase y no recuerdo haber ido a tomar café, asi que supongo que mi plan fue simple, levantarme, pasear con miranda comer y marcharme al trabajo, tener una tarde tranquila y a dormir, ese fue mi viernes, triste ¿verdad? pues todavia me queda el sabado.

El día de trabajar llegaba, y como cada sabado tocaba sufrir durante unas 10 horas si nada lo impedía con mi ex, a la cual cada vez puedo ver menos y maxime cuando me llamaron hace poco para decirme que la ayuda del ministerio de vivienda iba a empezar a cobrarla en breve y que tenia que ir a confirmar la cuenta de ingreso, ese fue el principio del fin de mi relación con ella, el no poder mantener el piso y sobrevivir, pero... no tuvo paciencia nisiquiera tuvo aguante ante los problemas economicos, se agobió y dijo que dejaba el piso, una semana después tambien me dejó a mi.

Y como yo no estoy por la labor de que su vida laboral sea placentera me dedico a intentar putearla sin que se note y a intentar que diga NO PUEDO MÁS y se vaya, porque yo tengo bastante claro que de alli no me mueve ni diós y que aré todo lo que esté en mi mano para que ella no se sienta comoda. Y no sé si está funcionando pero por lo menos algún que otro enfado se pilla durante el sabado, y es que ha conseguido pasar de pareja a simple compañera en un tris.

Pero todo no iba a ser malo, el día pasó sin pena ni gloria y me fuí a casa, ya que saliendo a las 23.00 no me daba tiempo a organizar nada ni para ir al cine, en fin que llegó el domingo, un día que yo por lo menos esperaba con ansia, y es que por la tarde iba a estar con mi sobrino Ivan, que además hace poco cumplió el mes de vida y esta hecho un muñeco. Y con el y con sus padres pasé la tarde del domingo, tomando café y disfrutando de la compañia, y tengo que reconocer que sentí envidia, una envidia sana pero envidia al fin y al cabo. Y es que verme solo y estar con una pareja de padres que además son más jovenes que yo.... bueno, cuando tuve al pequeño ivan entre mis brazos tengo que reconocer que casi se me saltan las lagrimas. No es fácil mi situación, y creo que he entrado en una pequeña depresión que no se si estoy llevando bien. Pero he pasado una tarde maravillosa, y espero repetirla y volver a tener al pequeño entre mis brazos y poder decir, este es mi sobrino y seguir orgulloso de mi gente y que cada vez que nos vemos, que es menos de lo que nos gustaría, me demuestren que les encanta estar conmigo, eso es algo que agradezco y que ahora mismo necesito y mucho.

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