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De Principes despeinados, con vaqueros y gafas de sol

Fausto

Un ángel, que se encuentra en uno de los cementerios más grandes de Europa, según los últimos datos, hay más gente en dicho campo santo que en la ciudad donde se encuentra, y esa ciudad no es pequeña. Madrid, con su cementerio de La Almudena, son la casa de este singular ángel, que como tal, tiene una historia bastante curiosa. El cementerio se inauguró un año antes de lo que estaba previsto, debido a una enfermedad que se propagó con demasiada velocidad por la villa de Madrid, y las iglesias, que eran los antiguos cementerios, ya no daban a basto para acoger a tanto difunto, que a su vez, estaban convirtiendo dichos lugares santos en fuentes de enfermedades contagiosas debida a la putrefacción de los cadáveres enterrados. Por lo que se adelantó la apertura del cementerio un año, también hay que decir que cuando se construyó, el cementerio estaba a las afueras de Madrid, pero la ciudad creció a un ritmo vertiginoso y ahora rodea por completo dicho cementerio. Pero Fausto, que así lo llaman los madrileños, no llegó a su actual lugar hasta el año en que debió ser inaugurado, representa al Ángel Anunciador del Juicio Final, ese que avisará con su trompeta de que ha llegado el día en el que los muertos vuelven a la vida.

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Debido a su condición de anunciador de tal noticia, Fausto asustaba a la población de Madrid, que pronto empezó a contar la historia de que algunas noches, se escuchaba la trompeta de Fausto, y que algunos intrépidos aventureros, habían visto pasear a algún que otro difunto por las angostas y lúgubres calles del cementerio.

Una cosa que no he comentado, es que la imagen que tenéis abajo, es la actual de Fausto, pero no es la original, Fausto no era así cuando lo colocaron allí. No he podido encontrar ninguna imagen de su pose originaria, pero según cuentan, el Ángel original, también estaba sentado, pero la trompeta que ahora sostiene en su regazo, la tenía en la mano derecha, y levantada hasta la altura de la cabeza. Fue Felipe II, el que al oír las infinidades de leyendas e historias que rondaban por la villa, mandó reconstruir la figura, alejando de su boca el instrumento musical, y colocándolo sobre sus rodillas. 

Pero en el Cementerio de La Almudena pasan cosas extrañas, no solo se escuchan trompetas de Ángeles Anunciadores, también se presienten algunos fenómenos extraños. Debido a su extensión, creo que ronda las 120 hectáreas, por su interior circula la línea 110 de la Empresa Municipal de Transportes, y segú;n cuentan algunos trabajadores, en el último autobús del día, en la última parada antes de salir del cementerio, siempre se enciende la luz de "parada solicitada", y he dicho SIEMPRE, aunque en el autobús solo vaya el conductor, y eso no lo digo yo, lo dicen los propios trabajadores de la EMT de Madrid.

Mi consejo, que os dejéis embaucar por las historias de los lugares de Madrid, hay muchos sitios con historias de este tipo, y todas tienen algo de verdad, y algo de misterioso, y siempre es interesante conocer la otra cara de las ciudades. Esta es una de las muchas historias de Madrid que por su característica de esotérica, no suele oírse, pero no me digas que no te intriga El Otro Lado de Madrid.

El Angel anunciador, situado en el Cementerio de La Almudena

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