Porque lo esencial siempre es invisible a los ojos

Después de haber buscado Los Pilares de la Tierra acompañado por Richard y Philip, de haber construido La Catedral del Mar con la ayuda de Arnau Estanyol, y de visitar la Casa de las Siete Chimeneas, donde cuenta la leyenda que un rey veía a su difunta amante. Después de pasear por Madrid junto con Iñigo Balboa y de un tal Capitan Alatriste, empiezo mi andadura en solitario por Un Mundo Sin Fin, o eso dicen, no se que me deparará está aventura, pero seguramente disfrute como en todas las anteriores.

La vida da muchas vueltas, nunca sabes lo que te depara el futuro, aunque a veces puedes estar precavido porque hay golpes que se ven venir. En cualquier caso, lo importante nunca se ve, pero sí se siente, uno es capaz de sentir cosas que sus sentidos físicos no detectan, pero que están ahí. No es que sean poderes que tienen los humanos, ni mucho menos, pero la forma de actuar, la forma de hablarte, te inspiran confianza, seguridad... pero hay otras personas que con su forma de actuar o de hablarte, te inspiran todo lo contrario, te tienen siempre a la defensiva, la seguridad es mínima y nunca o casi nunca sabes por donde puede salir. Van a su bola.

Esas personas son las que no ven eso que os digo, lo esencial, porque aunque sea invisible a los ojos, lo esencial se siente, se nota, se transmite, pero solo son percibidas por las personas que realmente quieren recibirlo, para el resto, no es más que un sueño que algunos locos tenemos.

¿Y tu? ¿Lo sientes, lo notas?